He dormido medianamente bien entre los bancos de la ermita, durante toda la noche no se paraba de oír el viento entrando por la minúscula ventanita redonda de la ermita, que lógicamente no tenia cristal y provocaba un silbido que daba un toque algo misterioso y encantador a aquel lugar y si a eso añadimos que la puerta de la ermita no se cerraba con llave; nada mas levantarme salgo fuera a pegar una meadita y ¡¡¡coño!!!
Un cementerio aquí pegado a la ermita, claro anoche entre la lluvia, el viento y la falta de luz no lo vi…bueno por lo menos no llueve aunque hace un poquito de frío…Este ingles tiene tan poca prisa como yo…nos dirigimos al albergue a eso de las 8.45 más o menos, allí ya no queda ni dios, todos se han marchado. El Hospitalero y su mujer nos ponen un buen café con torradas y mermelada y nos acompañan en el desayuno… bueno pues a chapurrear el ingles porque entre los tres hablan el ingles; yo lo entiendo todo bastante bien e interactúo algo por lo que el hospitalero incluso me felicita (bueno se hace lo que se puede….) vamos que hasta las 10 de la mañana no salgo del albergue. Tengo la sensación que en todo el camino no voy a encontrar un albergue tan bueno y acogedor como éste. Me despido con un abrazo de los Hospitaleros y a pedalear.
El camino esta muy chulo, todo verde, montañas y con el fresquito de la mañana voy avanzando y pasando poco a poco a los peregrinos que la noche anterior habían cenado conmigo… Toni el de Barcelona va de los primeros, paso un rato con él y le doy un poquitín de agua que iba justo. El camino de Artieda a Ruesta es una maravilla, ciertamente esta completamente empedrado y la ciclavilidad es muy pero que muy complicada pero es como un túnel de vegetación…fascinante, solo hay que ver las fotos. Ruesta es un pueblo deshabitado cuando se hizo el embalse de Yesa y ahora sólo hay un albergue “mixto” regido por la Confederación Nacional del Trabajador (CNT). Me paro pues a meterle un sello a la credencial y me voy para Undués de Lerda. La chica de la CNT me dice que ahora me espera una subida muy fuerte…efectivamente, nueve kilómetros de interminable subida sin descanso pero aquí no se ha acabado la cosa porque cuando empiezo a llanear un barro
muy pegajoso se engancha en las ruedas de mala manera…esto parece pegamento…me cuesta más avanzar aquí que en la subida anterior…estoy alucinando para 500 metros me estoy una eternidad, empujando, quitando barro, levantando…no me lo esperaba. Finalmente salgo del barrizal y empieza el descenso que acaba en una calzada romana hasta llegar a Undués de Lerda, voy al bar a por un bocadillo y a cambiar la rueda trasera que viene perdiendo aire desde la calzada romana…quien me manda meterme por ahí. La chica del Bar, a parte de ponerme el tomate en rodajas porque untarlo en el pan le parecía un desperdicio, me advierte que el camino que debo tomar esta como el que tomé arriba (embarrado)
. Pues nada tomaré un poco de carretera para evitar el barrizal. Saliendo de Undués entro en Navarra, el camino esta mucho mejor, una pista ancha de tierra hasta Sangüesa donde aterrizo a las 17.30h. En el albergue quedan 2 plazas libres, pero no me gusta mucho el sitio así que ponme el sello y decido pedalear 20Km más. Paso por La Foz de Lumbier un camino muy guapo por donde pasaba un ferrocarril, algo así como la vía verde, con un túnel que hace curva en el que durante 10 metros me quedo completamente a oscuras aunque yo sigo pedaleando y ya se hará la luz…
Desde Venta de Judas hasta Izco decido coger la carretera porque con las obras de la autovía temo que perderé la mitad de las señales y voy bastante justo de tiempo para llegar al albergue, lavar ducharme y cenar… He llegado a Izco casi a las 20.00h y me toca dormir en el suelo con un colchón, bueno yo me duermo donde sea después de una duchita, lavar algo de ropa y cenar unos macarrones de sobre, mañana será otro día.